martes, 28 de marzo de 2017

CRÍA CUERVOS

Desde la manera de mi proceder he logrado captar un mensaje con fines que nos involucran a todos, esto no significa que esté de acuerdo o no. Hablamos de un pueblo que a bases de grandes sofisticaciones y prototipos ha perdido una gran parte de interés en la cultura, un pueblo que ha dejado de ser sensible ante lo que realmente se debería apreciar, pero ¿quién decide que se aprecia y que no? Estoy totalmente de acuerdo con la idea de que somos un pueblo egoísta que solo se deja llevar por primeras impresiones, por el cumplimiento de un estereotipo mediocre y hasta de un nivel educativo. No podría afirmar que nos falta cultura o no,sin antes confirmar, desde mi criterio que se están perdiendo valores, es ilógico que se nos esté olvidando ser humanos y que nos guiemos siempre por una línea en dónde solo tenemos un rol de consumistas mediocres.

Debo resaltar que claramente a falta de “cultura”, buenas expresiones y falta de emociones nos hemos vuelto finitamente materialistas, dependientes de lo común y sobrevalorados en idealismos. Nos falta carácter para observar el más allá de las cosas, se está perdiendo el sentido de apreciar la madurez y la honradez. Es grave el hecho de conocer que nos estamos perdiendo el uno al otro, ya no sabemos ni como razonar acerca de nuestra falta de cultura, creemos ser independientes cuando solo somos egocéntricos, no buscamos un bien común si no individual sin saber que así solo encajamos más en el molde de la avaricia, la posesión y la desgracia, que vergonzosamente es lo que nos identifica hoy en día como sociedad.


Todos los días nos levantamos con el ideal de ser inertes ante los demás un ideal tan erróneo como nuestra conciencia hoy en día, nos olvidamos de que nos hace falta ser más sensibles para comprender algunas cosas a las cuales le buscamos un sentido  donde a final de cuentas no lograríamos captar. Nos quejamos sobre el hecho de que nos nublan la vista con mentiras y eso nos aparta del vernos y reconocernos a nosotros mismos, pero quien se ha puesto a pensar que en realidad los únicos que se están nublando la vista somos nosotros mismos y como no, si no vemos a dónde estamos cayendo lo consecuente sería no tener miedo… Miedo a un pueblo sin cultura, sin ideales y sin razonamiento, un pueblo con capacidades íntegramente positivas, pero tan incoherente que se desea por sí mismo proclamar ante el mundo como un “pueblo sin voz”

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